El póker es quizás el juego de cartas más conocido del mundo. Los jugadores de todo tipo adoran el póquer porque ofrece la combinación ideal de estrategia y azar. Aunque esta imagen del póker tiene algo de cierto, está demasiado simplificada. El póquer nunca ha tenido un conjunto de reglas que haya permanecido igual a lo largo de su historia, lo que hace más fácil entender por qué hay tantas variedades distintas del juego en la actualidad. A pesar de que ciertas versiones son más conocidas que otras (como el Texas Hold’em), la forma en que uno define y juega al póquer depende mucho de sus propias preferencias.
Por ello, sería más acertado pensar en el póquer como una colección de juegos, cada uno con sus propias características. Debido a su enorme variedad, se dividen en muchas “familias”, la mayoría de las cuales se basan en las reglas para repartir las cartas y hacer apuestas. El straight poker, el stud poker, el draw poker y el community card poker son las cuatro familias más populares del juego. Incluso hoy en día surgen nuevas versiones.
Los jugadores de póquer suelen perfeccionar sus habilidades en unas pocas variantes seleccionadas, ya que hay tantas que es casi difícil tener éxito en todas ellas a la vez. Jugar con éxito y ganar en una variedad de póker no asegura que se tenga el mismo grado de éxito en otras variantes. Por lo tanto, parece lógico invertir algún tiempo en aprender una nueva “disciplina” y todas sus tácticas antes de cambiar a una variedad diferente.